Crear un símbolo: Don Draper y la mosca


Un símbolo

En Mad Men 1×01 (Smoke Gets in Your Eyes) Matthew Weiner crea una imagen simbólica sobre la vida de Don Draper mucho antes de que conozcamos al personaje: una mosca representa al protagonista.

Lo habitual es que las imágenes metafóricas o simbólicas se encuentren en un punto de la historia que el público las reconozca: «Ah, el color rojo, significa que…»

Vayamos paso por paso.

Antes de la mosca

Antes de la mosca somos testigos de un día rutinario de Don. Pregunta a un camarero qué tabaco fuma. Pasa la noche con Midge, una pintora. En la agencia mantiene conversaciones sobre una campaña de tabaco.

La mosca

Tras las charlas, Don se tumba en el sofá de su despacho, mira la mosca y se duerme.

Weiner no indica que propone un símbolo. Escribe con sencillez en el guion:

ORIGINAL:

Now in his dim office, he lays carefully on the couch. He looks up at the ceiling and stares a moment at the dark fluorescent fixture. A fly buzzes, trapped inside. He closes his eyes. (Guion completo).

TRADUCCIÓN (urgente)

Ahora, en su discreto despacho, se tumba con cuidado en el sofá. Mira al techo y observa por un momento la oscura lámpara fluorescente. Una mosca zumba, atrapada en el interior. Cierra los ojos.

Aquí ignoramos el significado de la mosca. ¿Quién repararía en ella? (Ninguna criatura fue creada en vano, pero la mosca estuvo a punto, dijo un filósofo).

Esta escena demuestra que:

La grandeza de Mad Men es la de contar sin contar. (…) reclama un espectador activo al otro lado del televisor, que vaya ordenando el rompecabezas emocional, atento al gesto revelador, a la conversación intrascendente. Y, si parpadeas, te lo pierdes.

Alberto Nahum (Diamantes en Serie)

Una mosca vale por mil palabras

Weiner utiliza la mosca donde otros recurrirían a la voz en off («Me siento atrapado…») o a la figura del confidente. Pero lo que realmente destaca es que el símbolo, como apunto arriba, llega antes de que el público conozca del todo a Don: su deseo y su realidad.

El deseo: la libertad individual

Durante una comida con Rachel Menken (una clienta de la agencia de publicidad) Don afirma que no le preocupan los convencionalismos y que vive «como si no hubiese un mañana».

DON
Lo que usted llama amor, fue inventado
por tipos como yo para vender medias.

SRTA. MENKEN
¿Eso es cierto?

DON
Estoy bastante seguro. Se nace solo y se
se muere solo y este mundo solamente te
impone un montón de normas para hacerte
olvidar esos hechos, pero yo nunca olvido.
Vivo como si no hubiese mañana…
porque no lo hay.

La voz del público

Nosotros intuimos por la imagen de la mosca que Don miente. Las palabras de la Srta. Menken traducen los pensamientos del público (aquí quizá de manera innecesaria):

SRTA. MENKEN
Sr. Draper, no sé en qué cree usted realmente,
pero lo que sí sé es cómo se siente estar
fuera de lugar, estar apartada, y ver cómo
todo mundo te dice cómo debes vivir. Hay algo
en usted, que me dice que también lo sabe.

La realidad: la limitada vida doméstica

El capítulo cierra con Don junto a su mujer y sus hijos.

Ahora sabemos que el nihilismo de Don es falso.

Don es la mosca que se quema dentro del fluorescente. Una imagen quizá esté olvidada porque está muy atrás, pero que zumba en nuestra memoria.