Cranford: conjugando el pasado perfecto


Por Lidia Fraga (firma invitada)

Subgéneros de la ficción de época

La ficción de época es un buen instrumento para analizar cómo se relaciona una sociedad con su pasado. Los británicos, por ejemplo, dominan el género histórico como nadie. En cine y televisión han alcanzado un sofisticado nivel de especialización, en el que destacan varios subgéneros:

  • Period o costume drama. Nombres genéricos de la ficción de época (que implica el uso de un vestuario específico, o “costume”). Ejemplo: Downton Abbey.
  • Historical drama. Películas y series basadas en un suceso histórico puntual o que recrean la vida de personajes históricos. Ejemplo: The Devil’s Whore.
  • Heritage drama. Productos de época potencialmente exportables que ensalzan la imagen del país (la “Marca Gran Bretaña”). Ejemplo: Pride and Prejudice.
  • Classic drama. Adaptaciones de los grandes clásicos de la literatura (casi siempre británicos, aunque con notables excepciones: Tolstoi, Dumas, Zola, etc.). Ejemplo: Bleak House.

No son subgéneros excluyentes entre sí. Cranford sería a la vez “period drama” y “classic drama”, ya que adapta tres novelas de Elizabeth Gaskell. Ambientada a mediados del siglo XIX, esta serie es perfecta para definir elementos característicos (aunque no exclusivos) de la ficción de época.

Debo advertir que hablo de convenciones del género. La evolución (Roma, Deadwood, etc.) y la hibridación (ucronías, viajes en el tiempo, parodias…) reinterpretan estos códigos. Pero para romper las reglas, primero hay que conocerlas.

La comunidad

Cranford es un pueblo ficticio situado en las afueras de Manchester. Un lugar en el que nunca pasa nada, que permanece inalterable mientras el resto de Inglaterra cambia. Lo más interesante de la comunidad, al margen de establecer el contexto de la historia, son los conflictos que se generan al interactuar con un elemento externo.

El forastero

Un conflicto habitual es el del individuo frente al colectivo. A menudo se trata de un forastero que no conoce los códigos de conducta de la comunidad. Su mirada es también la del espectador: juntos irán descubriendo las peculiaridades de este universo extraño.

La llegada de un nuevo médico (el doctor Harrison) revoluciona a todo Cranford, especialmente a las mujeres: es joven, atractivo y con un concepto innovador de la medicina. En el primer episodio luce un llamativo abrigo de color rojo. El otro médico del pueblo (el doctor Morgan) le recomienda comprar un abrigo negro para ganarse la confianza de los pacientes.

Más tarde, comprobamos que el recién llegado ha seguido el consejo de su veterano colega. Es el primer peaje que debe pagar para integrarse en la comunidad.

La amenaza externa

Se trata de un elemento que pone en peligro el “status quo” de la comunidad. Puede ser algo específico, como un antagonista o una guerra; o algo más abstracto, como el progreso y los cambios económicos, sociales y demográficos que conlleva. En Cranford, al personaje de Deborah le horroriza la llegada del ferrocarril al pueblo.

Estratificación social

El sistema de clases suele estar muy definido, poniendo de manifiesto las desigualdades. Cranford es una serie coral, con un abanico de personajes que cubre todo el espectro social, desde la aristocracia hasta las clases más bajas.

Elizabeth Gaskell, como Dickens, denuncia en sus novelas los prejuicios de la sociedad victoriana. Es significativa la secuencia en la que lady Ludlow rechaza a una aspirante a criada porque sabe leer y escribir. Ha transgredido las normas: “Lo único que debería saber una criada es servir y rezar”.

Ruptura de las barreras sociales

Ya que existen unas barreras, el siguiente paso es romperlas. En Downton Abbey, la hija del conde de Grantham se enamora del chófer. En Cranford, el capataz de lady Ludlow educa a un joven ladronzuelo, esperando que el conocimiento le proporcione las herramientas necesarias para salir de la pobreza.

Desafío a las convenciones

El carpintero del pueblo sufre un accidente, y el doctor Morgan (el pasado) insiste en amputarle el brazo. Pero el doctor Harrison (el futuro) decide probar una nueva técnica para intentar salvárselo: sin brazo, el carpintero no podría ganarse la vida.

El nuevo doctor es un personaje “transgresor” (al menos, en comparación con los habitantes del pueblo); es de esperar que haga este tipo de cosas. Mayor impacto tiene que Deborah, para cumplir una promesa, plante cara a la norma establecida que prohíbe a las mujeres formar parte de un cortejo fúnebre.

Es un elemento útil para definir a los personajes. Un ejemplo más sencillo: la forma en la que Deborah y su hermana Matilda comen naranjas. Mientras que la primera lo hace de una forma “decorosa” (lo más aséptica posible), a la segunda le gusta exprimir todo el jugo de la naranja. Sí: es una metáfora de la vida.

Muerte y enfermedad

No son elementos exclusivos de la ficción de época, pero cobran especial importancia en el género debido a la precariedad de las condiciones sanitarias del pasado. Por su universalidad, tienen una doble función: por un lado, destruyen las diferencias entre clases; por otro, eliminan las barreras entre el espectador y los personajes. Producen un efecto de identificación: “Esta gente ha vivido en otra época, pero en el fondo es como yo”.

La muerte sobrevuela Cranford en todo momento. Hay una escena maravillosa, muy breve, en la que los dos médicos del pueblo reaccionan ante la pérdida de un paciente: el doctor Morgan llora sin consuelo; el doctor Harrison queda en estado de shock.

Romance imposible o con dificultades

Otro clásico del género, que también busca la empatía del espectador. Las dificultades suelen estar relacionadas con las diferencias sociales o las convenciones de la época. Si quiere conservar su trabajo como criada, Martha no puede tener novio. Por eso mantiene en secreto su relación con Jem, el carpintero del pueblo.

Presión social sobre las mujeres

Mary es rechazada por su familia cuando se niega a “cumplir con su deber”: casarse y tener hijos. En el polo opuesto, Jessie renuncia al amor para cuidar de su padre (aunque su sacrificio no sirve para nada).

Reclusión física o psicológica

Un caso paradigmático es el de Bertha Mason (el “reverso tenebroso” de Jane Eyre), encerrada en una torre de Thornfield Hall. Sin llegar a esos extremos, lady Ludlow suele estar en su mansión de Hanbury Court, esperando que regrese a casa el único de sus siete hijos que aún vive. Es un personaje casi trágico, un vestigio del pasado, pero con más matices que el arquetipo de aristócrata propio del género.

El evento social

Fuente habitual de conflictos entre los personajes, y una excelente oportunidad para que se relacionen distintas clases sociales. Un par de ejemplos: el baile de Netherfield Park en Pride and Prejudice, y el picnic de Cranford.

Costumbrismo o naturalismo

Gaskell escribe sobre algo que conoce muy bien; los guionistas de hoy en día no tenemos más remedio que documentarnos sobre los usos y costumbres de la época. Saber, por ejemplo, que las velas eran muy caras. O llegado el caso, la receta para hacer mantequilla.

Idealización del pasado

El pasado se representa como un lugar amable y sencillo, sin las complicaciones del mundo moderno. Priman valores como la amistad, la solidaridad y la cooperación, especialmente en el entorno rural.

El doctor Harrison necesita luz para su operación, pero no quedan velas en la tienda del pueblo. A pesar de su elevado precio, las mujeres donan todas las velas que poseen. Atónito, el médico comenta que algo así nunca podría suceder en una gran ciudad como Londres.

Existen otros elementos distintivos del género que no aparecen en Cranford, o no tienen tanta importancia. Dos muy interesantes son la carta y el conflicto con la naturaleza.

Una vez más, conviene recordar que la evolución del género dinamita todas las convenciones: el naturalismo se transforma en “realismo sucio”, y la nostalgia da paso a la revisión o a la desmitificación del pasado. Pero eso ya es otra historia…


Lidia Fraga

Es guionista y realizadora. Ha trabajado en desarrollo y guion en Adivina Producciones, Netex Knowledge Factory, Voz Audiovisual y Mandarina Producciones. Ha sido coautora de los argumentos y diálogos de las temporadas 3, 4, 5 y 6 de Padre Casares. También ha participado en el argumento de las tvmovies Vacas, porcos e zapatos de tacón y Mintiendo a la vida.

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