RECORDANDO UNA ESCENA DEL CAPÍTULO 3X09
Antes de un baile de veteranos de guerra, Richard Harrow —el hombre de la máscara— regala flores a Julia, hermana de un soldado muerto, a la que conoce hace poco. La escena es sencilla y hermosa, y un ejemplo maestro sobre cómo escribir en función del personaje.
¿Quién no ha leído guiones con frases pretendidamente brillantes en la boca de todos y cada uno de los personajes? Frases con las que el guionista quiere demostrar que tiene talento y que ha leído mucho. Hay juegos de palabras, réplicas que intentan imitar un guión de Faulkner adaptando a Chandler, observaciones «agudas» de la naturaleza humana, y una ristra de citas entresacadas de películas y libros. De manera que todos los personajes hablan más o menos igual, sea decano de la Facultad de Literatura de Oxford o camello de las Vegas, Sevilla.
Pero estos diálogos supuestamente brillantes, a menudo no demuestran que el guionista tenga talento ni que domina el oficio. Sólo dejan constancia de la inseguridad del autor. El guionista seguro de sí, se esconde. Permite que los personajes hablen como son. Encontramos un ejemplo perfecto del guionista oculto en una sencilla escena de Boardwalk Empire: Harrow, el hombre de la máscara, regala flores a una muchacha, e intercambian unas pocas palabras, palabras corrientes.
LA ESCENA (transcrita)
ATENCIÓN A ESTAS FRASES:
JULIA
Sabes cuál es mi color.
HARROW
La florista lo eligió.
Un guionista que pretende ser «brillante» quizá pondría en boca de Harrow una frase distinta a «la florista lo eligió». Sin embargo, es esta, y no otra, la frase que debe decir el personaje.
Harrow no pretende deslumbrar con sus palabras o réplicas agudas. No tiene «labia» para enamorar. Es un hombre sencillo. Aunque ha sufrido en la guerra, en lo que respecta a las mujeres se comporta en muchas ocasiones como un niño, porque esa etapa de la vida de salir con chicas no la conoció. Harrow pasó de la granja al ejército.
Jack Huston, el actor que interpreta a Harrow cuenta que: (Julia) es audaz porque para él (Harrow) es difícil tomar la iniciativa. Está en la naturaleza de Harrow pensar: «Ella no va a querer besarme o tocarme». Incluso cuando ella le hace un cumplido, él mismo se echa abajo. Julia elogia el ramillete y él dice: «Dejé que la florista lo eligiera».
¡Ahí está! Es Harrow quién habla, no el guionista ni el actor quien utiliza a Harrow. El personaje es el personaje en todo momento.